Diario de un aventurero en chinataun taun taun.

Monday, November 06, 2006

Avestruces en mi clase

Las últimas dos semanas de clase se me han hecho algo cuesta arriba, sobre todo con esos siete grupos de cuarenta y pico alumnos que apenas saben decir su nombre en español. Salvo unos pocos voluntariosos que me cosen a preguntas cuando termina la clase, los alumnos vienen a clase con el entusiasmo del estudiante de educación física al que no le queda otra que tomar poesía isabelina para sacarse unos créditos de libre elección. Dado el tamaño de los grupos y la frecuencia con la que los veo (sólo les imparto una clase a la semana) no me hago muchas ilusiones respecto a lo que les puedo enseñar, de modo que procuro que la experiencia no les quite las ganas de estudiar español en el futuro. La mía es para ellos una asignatura maría, así que no es de extrañar que, al acercarse los exámenes de mitad de semestre, su interés decaiga para concentrarse en asignaturas de mayor enjundia para su currículum escolar, asignaturas cuyos profesores tienen la potestad de aprobarles o suspenderles. Yo puedo poner una mala nota de actitud general en el cuaderno que firmo al final de la clase, cosa que, como es natural, no les hiela la sangre.
Hasta ahora me he considerado afortunado de no tener que enfrentarme a cuarenta y tantos (o veintitantos) adolescentes occidentales en similares circunstancias, pero empiezo a cuestionarme si no sería mejor vérselas con los alborotadores ojos redondos que con los ojos rasgados expertos en resistencia pasiva.
Hay días en los que parece que ni parpadearían si entrara por la ventana en lugar de hacerlo por la puerta. El profesor de poesía isabelina se puede limitar a dar una clase magistral, pero yo necesito que mis alumnos participen, así que sólo queda ser entretenido o amenazador. Aparte de que corro el riesgo de hacer el ridículo al no tener gran cosa con la que amenazar (“os voy a poner una mala nota de actitud general en el cuadernillo”), creo que no se me daría bien meterles miedo. Puedo poner mala cara y abroncar a alguien si no queda otro remedio, pero lo hago sin la convicción de esos profesores que tienen al personal acojonado, y con los que algunos se terminan encariñando. Esto siempre me ha desconcertado, pero supongo que hay un tipo de profesor ideal para cada alumno y viceversa. El mío no es desde luego el del alumno que necesita que le asusten. Como profesor, creo que se me da mejor entretener (demontre, me hubiera encantado tenerme de profe), pero sin un público receptivo ni la retórica más elocuente y seductora despierta el menor interés.
Me pregunto si es la timidez extrema con la que mis alumnos participan, o se resisten a participar, lo que lleva a algunos a cruzar los brazos sobre el pupitre, hundir la cara entre los mismos y echarse a dormir. Es lo que llamo “la técnica del avestruz”, porque parece que piensen que enterrar la cabeza les va hacer invisibles a mi vista. A pesar de que para estas alturas deberían saber que despertar alumnos exhaustos no me provoca cargo de conciencia, sigue habiendo gente que lo hace y empiezo a plantearme comprar una bocina de aire comprimido para ver cómo saltan. El día que lo haga grabaré un video para que lo veáis en Youtube.
Hoy mismo he despertado a una de estas bellas durmientes y me ha dicho que estaba descansando porque le dolía la tripa. “Bueno” le he dicho “entonces no puedes estar en clase. Tendrás que ir a casa o a la enfermería”. Ella ha seguido insistiendo en que quería seguir así a pesar de que también le he ofrecido ir al baño o salir a tomar el aire hasta que se encontrara mejor. Al final he terminado consintiendo que siguiera así, pero al de cinco minutos otra chica la ha imitado y me ha puesto la misma excusa al despertarla. Como no quería consumir más tiempo con diálogos de besugo les he dejado hacer el avestruz hasta el final de la clase, pero ahora me preocupa que otros empiecen a utilizar la misma excusa.
Lo que peor llevo, de todas formas, son los preparativos para las clases. Me lleva muchísimo tiempo y esfuerzo dar con actividades tan sencillas y amenas como sea posible. Un trabajo inútil si no están por la labor, pero tengo que hacer lo que está en mi mano.

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Lechón, no te preocupes, a casi nadie le resulta interesante su trabajo... Lo interesante y reconfortante hay que buscárselo después.

Paciencia, un abrazo

10:33 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Haz una encuesta:
Que videoconsola os vais a comprar
La wii o la PS3.
Que juego es mejor, El counter o el world of warcraft.
Llevales canciones de grupos españoles...El canto del loco, mocedades.
Enseñales a Catar vino.

8:15 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Acuérdate de Balendin el de BerriOtxoa, de Patxi de Xabier, y del Aita Arrupe. Pazientzia con el oliental. Al final los convertirás.

7:21 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Eso, dales suplicio Chino. El gota a gota por ejemplo

11:31 PM

 

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