Diario de un aventurero en chinataun taun taun.

Wednesday, June 06, 2007

Cuidado con la fruta


Ahora que la globalización frutícola ha hecho posible que mangos, papayas o incluso lichis puedan ser adquiridos en el Karoski de la esquina, es posible que os encontréis algún día con el durian. Esta fruta, que en un primer momento recuerda a la piña, pero que en el fondo es más bien una especie de lichi hiperdesarrollado (es fácil que llegue a los cinco kilos), es muy apreciada en toda Asia. Como veis, es de forma ovalada y de corteza espinosa, y cuando lo abres tiene unos compartimentos en los que guarda las semillas, cubiertas de una pulpa blanquecina que es lo que se come y que, según cómo lo mires, parece algo más animal que vegetal.

En el súper ya me había dado cuenta de lo fuerte de su olor, pero fascinado por la forma en que te lo abren y te lo empaquetan decidí darle una oportunidad. Ingenuo de mí, pensaba que si cogía uno pequeño y lo metía directamente al frigo me libraría del pestazo, pero al parecer hay olores que superan cualquier barrera y ahora la casa huele como si tuviera varias cajas de fruta pudriéndose al sol. No está malo, es muy dulce y de sabor me recuerda al plátano, aunque su consistencia es grasienta y untosa como la del aguacate. Empalaga demasiado para comérselo de una sentada, y, como es caro, me da cosa tirarlo a la basura. Sea como sea, si no me lo acabo esta noche, no va a quedar otro remedio, porque ninguno de mis colegas ha accedido a quedarse con lo que sobra.

¡Dios qué tufo! Creo que hoy duermo en la azotea.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Es como el queso de gusanos, que huele fatal :D

2:39 PM

 

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