Pinturajas

El sábado pasado participé en una excursión de guiris a Dafen, el llamado “pueblo de los artistas“, un barrio al norte de la ciudad donde se concentran innumerables galerías de… ¿arte? ¿Qué opináis vosotros de esas pinturas al óleo que cuelgan en los portales y las salas de espera de los médicos? ¿Os emocionan los atardeceres de colores chillones, los caballos salvajes galopando por playas desiertas o los payasos tristes? Entonces supongo que sí que es arte. Dafen es a la sección de cuadros del Corte Inglés lo que ARCO es a la minúscula galería de arte donde exponen los modernos.
En una web dedicada al barrio se dice que más de 2000 artistas y 200 tratantes de arte hacen de Dafen el mayor centro de producción de pinturas al óleo del mundo. Las calles, dedicadas a personalidades como Leonardo Da Vinci o Michelangelo, tienen las paredes cubiertas de cuadros producidos en serie por pintores anónimos que, a juzgar por el precio de sus obras, no se deben estar haciendo millonarios precisamente.

Aún así hay temas que nos pueden resultar exóticos, como las caligrafías chinas o los retratos de celebridades y políticos importantes (Bush a la cabeza, por delante de Mao y Deng Xiaoping). También hay muchas copias de obras clásicas de calidad regulera tirando para abajo (triunfan la Monalisa de Leonardo y el retrato ecuestre de Napoleón de Jacques-Louis David) y pinturas abstractas de colores suaves y anodinos.

A mí la visita me bajó un poco la moral. No es que esperara otra cosa que lo que encontré, pero supongo que guardaba esperanzas de encontrar algo original que llevarme a casa. Quién sabe, a lo mejor con más tiempo y paciencia lo hubiera encontrado.