Diario de un aventurero en chinataun taun taun.

Wednesday, May 16, 2007

Futbol raro

Mientras sigo dejando madurar las ideas para el artículo sobre Yunnan, que lo bueno se hace esperar, espero que no os importe que os hable de fútbol. Sin ser de los que lo odian, tampoco es que me apasione el tema, pero el sábado pasado asistí por primera vez a un partido del Shenzhen y creo que la experiencia da para un par de reflexiones interesantes.
El Shenzhen ganó la superliga china en el 2004. Por aquel entonces el equipo estaba patrocinado por la firma de bebidas isotónicas Jianlibao y vestía de naranja. En ese mismo año, Jianlibao cayó en bancarrota y fue comprada por la inversora Beijing Huizhong Tianheng, también propietaria de la empresa cervecera Kingway, cuyo nombre fue adoptado por el equipo. Cambiar las bebidas isotónicas por la cerveza, así como vender a sus mejores jugadores y cambiar de entrenador, no le hizo bien al Shenzhen, que inició una etapa de decadencia de la que aún no se ha recuperado. Ahora el equipo viste de negro y así les va, penúltimos en la superliga.
Fui al partido en compañía de un reportero hindú del Shenzhen Daily, el periódico local para expatriados, interesado en crear un apartado semanal sobre los avatares del SZ Kingway. Yo tenía curiosidad por ver cómo vivían el fútbol en China y buscaba algo que desmintiera la opinión, generalizada entre los guiris, de que Shenzhen es una ciudad totalmente carente de identidad y amor propio.
Había animación en los alrededores del estadio, con reventas y forofos uniformados que portaban unos tubos hinchables que hacían un ruido tremendo cuando se los hacía chocar. El campo estaba medio lleno (o medio vacío), algo fácil de calcular porque eran las tres y media de la tarde y, con el bochorno que hacía, casi todo el mundo se había concentrado bajo la sombra de la grada sur.
El partido fue aburrido y frustrante. Al principio tuve problemas para distinguir al equipo local porque vestían diferente de la hinchada, que (¡horror!) también aplaudía algunas jugadas de los visitantes. El equipo rival, el Dalian Shide, jugó al contraataque con mucha comodidad y marcó un gol en cada tiempo sin aparente esfuerzo. Tenían un blanco calvo bastante bueno que lo hacía casi todo en la delantera, y por lo demás se les veía muy a gusto sin salir de su campo. El SZ tuvo un par de ocasiones claras que desaprovechó con errores que harían que el aficionado occidental más calmado se tirara de los pelos, pero que la hinchada local se tomaba con silencio y resignación. El figura del equipo también era guiri, pero no se le vio mucho cerca de la portería contraria.
Al final del partido se lanzaron algunos botellines de agua al campo a modo (supongo) de protesta, pero, a pesar de haber perdido 0-2 y de haberse complicado aún más la permanencia, los jugadores del SZ se acercaron aplaudiendo a la grada donde se concentraban los aficionados de la Shenzhen Football Fans Association, quienes aplaudieron a su vez. Por aplaudir, se aplaudió hasta a los jugadores del Dalian, que saludaron a la grada mientras salían del campo. Confieso que a mí este alarde de deportividad, por muy encomiable que sea, me produjo cierto repelús. Será por venir de donde vengo, pero no puedo entender que la gente no sólo no se cabree si pierde su equipo, si no que encima de muestras de alegrarse por los rivales, ¡venga ya!
Con tanto empalague casi hasta me alegré de ver el desfile de los antidisturbios al desalojar el campo.
A pesar de todo, mi amigo y yo queríamos saber dónde se podían conseguir las camisetas del equipo, por eso de que es tan difícil encontrar algo típico de SZ para llevarse a casa, así que le pregunté dónde había conseguido la suya a uno de los aficionados. Éste nos llevó a una oficina aneja al estadio, sede de la Shenzhen Football Fans Association, donde descubrí que su camiseta no era la del equipo de SZ, sino la de la susodicha asociación. Por si fuera poco, la asociación no tiene vínculo alguno con el SZ Kingway, el primer equipo de fútbol que conozco que no tiene socios ni grupo oficial de seguidores. Tras rastrear las tiendas de deportes de los alrededores del estadio, dimos por imposible la búsqueda de las camisetas y nos fuimos, algo depres, a tomar unas cervezas Kingway.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

a esos les tendría que fichar el atleti

4:48 PM

 

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