Diario de un aventurero en chinataun taun taun.

Wednesday, March 29, 2006

Repostería para sibaritas

La última vez que crucé la frontera me encontré con una pareja española que venía a Shenzhen de viaje de negocios. A pesar de que no iban a pasar mucho tiempo, la mujer quiso saber si había “algo” que pudieran ver o hacer aquí. El hombre le contestó, buscando mi complicidad, que Shenzhen es una ciudad exclusivamente industrial y de negocios, carente de interés turístico alguno. Yo traté de argumentar que la ciudad es todo un espectáculo en sí misma, y que basta con salir a la calle para darse cuenta de que se está en un escenario de ciencia ficción. Que yo sepa no hay museos, parajes ni monumentos de los que salen en la Lonely Planet, pero esta ciudad es algo insólito incluso para los chinos. La pareja me sonrió con condescendencia. “Ya se nos ocurrirá algo, total, sólo vamos a estar una semana”.
Recuerdo haber presenciado una situación semejante hace muchos años en Bilbao. Mi madre y yo estábamos haciendo cola para comprar unos sándwiches en la pastelería Suiza cuando el señor que estaba delante nuestro preguntó si tenían algún dulce típico de Bilbao.
Dependienta (exultante)- Claro, tenemos “bollos de mantequilla”.
Cliente (inquisitivo)- Aah… ¿y eso qué es?
Dependienta (menos exultante)- Er, pues es un bollo, con mantequilla.
No recuerdo si el hombre se fue con las manos vacías o si se llevó un par se bollos para salvar las apariencias, mas quedó patente que el emblemático dulce bilbaíno no le había causado una gran impresión (por aquel entonces, gracias a dios, todavía no existían los “metritos de Bilbao”). Nunca me había parado a pensar que el bollo de mantequilla podía resultar algo tan prosaico para un extraño. Sinceramente, espero que aquel señor se llevara los bollos y descubriera que, a pesar de su sencillez, un humilde bollo de mantequilla no tiene nada que envidiarle a los más elaborados dulces austrohúngaros.
Por desgracia, no todo el mundo posee la sensibilidad suficiente para darse cuenta de que un bollo partido por la mitad y relleno de mantequilla azucarada no es para nada algo insulso o vulgar. El milhojas, el tiramisú, o la colineta están bien, pero el bollo de mantequilla juega en otra división, con el cruasán y la palmera de chocolate.
Shenzhen no es precisamente un bollo de mantequilla, porque dudo que la reacción de aquel que no le vea la gracia sea la indiferencia o la decepción. Supongo que sería más adecuado compararla con un gran panetone negruzco. No es muy apetitoso en apariencia, pero el valiente que le hinque el diente se puede llevar una grata sorpresa.
Aquí no hay edificios antiguos, museos ni teatros de renombre, pero uno puede tomarse un gintonic en la terraza del VBar (en el quinto piso del hotel Crown Plaza) mientras el sol más grande y rojo que he visto en mi vida se oculta tras la réplica de la torre Eiffel del “Window of the World” (un parque temático que reproduce las maravillas del mundo en plan “Poble Espanyol” Barcelonés), o rebuscar en las tiendas de DVDs donde se puede encontrar prácticamente de todo, desde un documental sobre la guerra civil española escrito por Ernest Hemingway y John Dos Passos, hasta películas que aún no se han estrenado. Las colosales torres de viviendas y oficinas, así como los cochambrosos edificios con miradores enrejados como jaulas nunca aparecerán en los manuales de arquitectura a menos que sea como ejemplo de lo que no hay que hacer, pero, envueltos por la perpetua bruma de polución y humedad, conforman una visión sublime y quimérica, y son pocas las noches en las que me privo de subir a la azotea a contemplar este paisaje mientras pienso cuánto me gustaría que estuvierais aquí para disfrutarlo, aunque me temo que a más de uno se le atragantaría el bocado.

14 Comments:

Anonymous Anonymous said...

¡Te estás volviendo un escritor!

10:09 PM

 
Anonymous Anonymous said...

¡Te estás volviendo un pastelero!

10:47 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Te estás volviendo un escritor que compara las ciudades con la bollería, la pastelería, lo cual desvela tus jerarquías mentales. Recuerda eso de Karl Kraus de confundir un orinal con una urna.
Tata es un gran crítico lietrario

11:13 PM

 
Anonymous Anonymous said...

sí, he dicho lietrario

11:53 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Me tranquiliza mucho. Creía que habías dicho libertario, usuario anodino.

4:41 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Sí, he dicho anofino.

4:42 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Por lo del orinal de Kraus y la urna griega de Keats, claro.

4:43 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Mu bien Martin.
este finde se sale por Bilbo, te vienes? hay que brindar por la tregua!
que tal van los alumnos, recitan a Gustavo Adolfo?

4:03 PM

 
Anonymous Anonymous said...

tata es gran crítico lietrario y experto anosufijador

5:36 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Oye Ska-tergoris: Lo que hay este finde en Bilbo es una convocatoria de botellón en el Parque Etxebarría. Pero la convocatoria era anterior a la tregua. No liemos

5:40 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Sí que me gustaría estar ahí. Te daría un abrazo agradecido por esta ventana que nos permite echar un vistazo al otro lado del mundo.

6:24 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Hola martín. Veo que estás bien, con la auroestima muy alta, y bien arropado por los coleguis, tíos, pero mejor tías, y demás. Would you like to answer me this questíon?.Es sólo una cuestión antropológica:Cual es allí el horario de trabajo semanal, y cuales son los días de descanso respecto al horario occidental.
Un abrazo
Tio Joseba

5:44 AM

 
Anonymous Anonymous said...

jode marto, ya sientas catedra hasta en critica arkitektonica! ke pena no estar ahi para tirarte de las orejas. gatos, tortilla, bolleria, no trabajas mucho verdad? animo y compra alguna colchoneta comoda ke estoy mirando ofertas de vuelo.

2:03 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Según el Satis, lo que necesita Martín para sentirse autorrealizado es PINCHA AQUI PARA VERLO. Desde luego, a ver si crecemos un poco, que va siendo hora!

5:26 PM

 

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